Síndrome de electrosensibilidad

Oficina repleta de gente, susceptible de padecer electrosensibilidad

El síndrome de electrosensibilidad puede generar incapacidad permanente total (o al menos así lo reconoce el c (Madrid 6-7-16, EDJ 136607)

El síndrome de electrosensibilidad es una enfermedad asociada la exposición a campos electromagnéticos. Ser eléctricamente sensible significa presentar unos síntomas (dolor de cabeza, cansancio crónico, dificultad para dormir…) que se activan o se intensifican al encontrarse cerca de aparatos eléctricos, transformadores, antenas de telefonía móvil y/u otras fuentes de radiaciones. Los síntomas disminuyen o desaparecen a reducirse la exposición o distanciarse de las fuentes emisoras.

En nuestro planeta, el hombre ha coexistido siempre de forma natural con campos eléctricos (tormentas eléctricas…) y magnéticos (orientan la aguja de las brújulas). No es un fenómeno nuevo. Sin embargo la aparición de la corriente eléctrica ha extendido y ampliado su presencia entre nosotros

Los campos electromagnéticos (CEM) son invisibles y se generan en presencia de cargas eléctricas en movimiento. Líneas de alta tensión, secadores de pelo, móviles, microondas, transformadores eléctricos… todo lo asociado a la electricidad, genera campos electromagnéticos

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) estos campos pueden clasificarse en:

  • Campos electromagnéticos estáticos, no variables en el tiempo. Están presentes en los trenes de levitación magnética, sistemas de resonancia magnética para diagnóstico médico y procesos industriales de corriente continua (procesos electrolíticos, producción de aluminio, soldadura,…)
  • Campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja (FEB, o ELF) hasta 300 Hz.- presentes en los equipos relacionados con la generación, transporte o Utilización de la energía eléctrica, líneas de alta y media tensión, maquinaria industrial, electrodomésticos..
  • Campos de frecuencia intermedia (FI), con frecuencias de 300 Hz a 10 MHz y que incluyen los equipos de calentamiento por inducción, los dispositivos antirrobo de las tiendas y los sistemas de seguridad.
  • Campos de radiofrecuencia (RF), con frecuencias de 10 MHz a 300 GHz.- por ejemplo, ondas de radio, la televisión, las antenas de radares y telefonía móvil, teléfonos móviles e inalámbricos, los dispositivos Wi-Fi, bluetooth y hornos de microondas.

Los estudios realizados indican que la exposición a estos campos puede generar en algunos casos alteraciones biológicas, como inducción de corrientes eléctricas que pueden producir alteraciones nerviosas y/o musculares y calentamiento de zonas del cuerpo, por ejemplo en la zona de la oreja al hablar mucho con el móvil.

Los estudios a largo plazo no muestran datos concluyentes. Existen indicios de que pueda haber algún efecto carcinógeno y la posibilidad de aparición de síndrome de electrosensibilidad, probablemente asociado a elevadas exposiciones y la predisposición genética del individuo. Pero hay  muchos interesados en que el tema siga siendo confuso, entre ellos los fabricantes de móviles. El propio síndrome de electrosensibilidad por ejemplo, es considerado por algunos como una patología de origen psicosomático donde el paciente culpa al electromagnetismo, algo intangible, de sus males…
Pero ante la duda, lo mejor es prevenir.

¿Qué podemos hacer para minimizar los posibles efectos de los CEM?

La intensidad de los campos electromagnéticos disminuye rápidamente al aumentar la distancia a ellos, por ello, una de las primeras recomendaciones es alejarse si es posible de equipos o instalaciones que sabemos que generan campos (tenemos algunos ejemplos que se han expuesto anteriormente). Y si no es posible alejarse, al menos reducir el tiempo al que estamos expuestos a los CEM.

En algunos casos se puede sustituir la fuente, por ejemplo cambiando inalámbricos o wifi por sistemas cableados.

En el ámbito laboral, el RD 299/2016, de 22 de julio, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a campos electromagnéticos, define criterios para minimizar la exposición y evitar efectos agudos de los CEM en el puesto de trabajo.

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