El teletrabajo ha tomado de nuevo el protagonismo en las últimas semanas debido a la mayor incidencia del coronavirus en España. La mayor parte de las empresas, para minimizar el riesgo de contagios que pueden afectar su actividad han enviado a su casa a muchos de sus trabajadores.
La normativa legal también ha ejercido presión, dando carácter preferente al trabajo a distancia, tanto desde las fases iniciales de la pandemia ( RD 8/2020, de medidas urgentes extraordinarias COVID-19), como en las ultimas medidas adoptadas en Catalunya (RESOLUCIÓ SLT/2700/2020, de 29 d’octubre, de mesures en materia de salut pública per a la contenció del COVID-19).
Vista la magnitud de la actividad, los legisladores han regulado el marco normativo en el reciente RD 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia, que marca las directrices de como debe establecerse la relación entre trabajador y empresa. Merecen destacar los puntos que hacen referencia a:
- El «inventario de los medios, equipos y herramientas» que exige el teletrabajo y que la empresa ha de poner a disposición del trabajador
- La «enumeración de los gastos» que ocasiona el teletrabajo al trabajador, «así como la forma de cuantificación de la compensación que obligatoriamente debe abonar la empresa y el momento y forma para realizar la misma», que debe ser (si existe) la que recoja el convenio de referencia.
- El horario de trabajo y las «reglas de disponibilidad».
- El porcentaje de distribución de la jornada entre teletrabajo y presencia, si así se pacta.
- Plazos de preaviso para la reversibilidad, lugar de trabajo, centro de trabajo al que se adscribe el teletrabajador…
Este RD no es de aplicación para las empresas que han recurrido al teletrabajo a causa de la crisis del covid-19
Está claro que la pandemia ha obligado a dar un paso adelante en este tipo de trabajo. Hasta el 2019, según el INE, un 5% de los trabajadores españoles realizaban teletrabajo. En Europa estaban algo más avanzados, en ese mismo año Países Bajos y Finlandia estaban alrededor del 14%. Pero con la pandemia este porcentaje en España ha pasado aproximadamente al 30%, (con ligeras variaciones según las fuentes).
Según un informe de CaixaBank Research, un 32,6 % del total de los empleados en España, es decir, uno de cada tres, podría trabajar desde casa, por lo que parece que con el confinamiento, el país se ha situado «muy cerca» de ese potencial máximo, en torno al 30 %.
Es innegable que el teletrabajo es una opción que puede aportar beneficios al empleado, a la empresa y a la sociedad en general. Por otro lado, el enorme desarrollo durante los últimos años de las TIC – Tecnologias de la información y la comunicación- ha facilitado el entorno para que el teletrabajo se convierta en una opción laboral perfectamente viable.
La lista de ventajas es evidente:
Ventajas para la persona
- Reducción costes y tiempo en desplazamientos. Se evitan los tiempos de traslado a la oficina. De este modo, esto aporta una mejor gestión del tiempo al evitar situaciones como los atascos de tráfico o las aglomeraciones en el transporte público.
- Fomenta el ahorro económico puesto que se reducen los gastos de transporte y comidas fuera de casa
- Permite mayor flexibilidad horaria.
- Facilita la conciliación entre la vida familiar y profesional, ya que permite adaptar nuestra agenda en función de nuestras necesidades laborales y personales
- Ofrece tranquilidad y mayor concentración (si tenemos un espacio adecuado y no hay perturbaciones familiares). Las pausas para el café, los ratos de conversación improductiva con compañeros… desaparecen.
- Se puede trabajar desde cualquier punto del mundo.
Ventajas para la empresa - Reducción de costes al minimizar el espacio y la logística de la oficina. No hace falta un espacio tan grande, ni gastar tanta luz, ni agua, ni suministros en general, ni realizar limpiezas tan frecuentes.
- La empresa puede contratar a los mejores profesionales al no tener el condicionamiento de la distancia geográfica.
Ventajas para la socieda - Reducción de la contaminación atmosférica, el ruido y los atascos de tráfico.
Pero no todo son ventajas. En la coyuntura actual, muchos empleados se han visto obligados a adaptarse al cambio de forma improvisada y sin planificación previa, con procedimientos de trabajo inadecuados a la nueva situación, recursos limitados o deficientes condiciones de trabajo. Por ello “probablemente” el nivel de eficiencia y productividad del teletrabajo en esas condiciones, quede por debajo de los niveles que se consiguen en el desempeño presencial y la falta de adecuación genere un mayor número de problemas tanto físicos como psicológicos.
El teletrabajo, igual que cualquier otra actividad que realicemos en nuestra jornada laboral, requiere un aprendizaje y unas condiciones de trabajo mínimas.
Inconvenientes persona
- El sedentarismo crece y pueden aumentar los problemas físicos, como el dolor de espalda.
- Aumenta el riesgo de no desconectar
- Sensación de soledad al estar trabajando solo en casa.
- Un trato más impersonal con la empresa.
Inconvenientes empresa
- El control del rendimiento de los empleados se vuelve más complejo desde la distancia. Desaparece la necesidad de la optimizar la gestión del tiempo, y aparece la necesidad de implantar el trabajo por objetivos.
- Es más difícil organizar el trabajo en equipo.
- Requiere inversión en la tecnología adecuada,
- Disminuye el sentimiento de pertenencia a una organización. La identificación del empleado con la compañía puede reducirse al aumentar el aislamiento.
- Aparecen limitaciones de rendimiento si el trabajador no dispone de un nivel de equipamiento adecuado (ej impresora, o scaner, conexiones más lentas..)
Por todo ello, para minimizar los aspectos negativos para la salud del trabajador, tanto físicos como psicológicos, es recomendable que el teletrabajador, tenga en cuenta los siguientes consejos:
- Ser disciplinado e imponerse una rutina con unos horarios y unos hábitos estrictos.
- Crear un espacio de trabajo ordenado y cómodo.
- Separar las obligaciones laborales del ocio. Es decir, a determinada hora desconectar.
- Evitar el sedentarismo. Por ejemplo, cada cierto tiempo levantarse y estirar los músculos.
- Hablar con las personas con las que se convive para que respeten tu espacio y tu tiempo laboral.
- Revisar y adecuar las condiciones ergonómicas de tu zona de trabajo (iluminación, postura, …)
Las malas praxis en los trabajos de “oficina”, asociados al teletrabajo acaba generando daños a la salud. El 89% de los españoles que realizan trabajos este tipo han padecido alguna dolencia en los últimos tres años, a consecuencia de su labor con el ordenador u otros dispositivos. En el ranking de molestias, destacan: dolor de espalda (66%) , malestar de cuello (46%), dolor de cabeza (42%), tensión en los hombros (41%), malestar ocular (41%) y dolor en las muñecas (29%).
Pide soporte a la empresa , que a través de su servicio de prevención, te pueden orientar y aconsejar en la adecuación, ajuste y adaptación de tu nueva zona de trabajo a tus condiciones personales.